Es una chica de pueblo que no se calla nada, tiene códigos de barrio, dice lo que siente y siempre va para adelante. Así describe la actriz Luisana Lopilato a Julieta, el personaje que jura que es el que más se acerca a ella en toda su carrera. Es que forma parte de “Papá por un día”, la película de Carlos Mentasti y Pablo Bossi producida por Telefé y Pampa Films y dirigida por Raúl Rodríguez Peilá. La historia es así: Federico (Nicolás Cabré) es entrenador del equipo de hockey femenino de un club y está a punto de casarse. Pero la vida de Fede da un vuelco cuando su papá (Miguel Angel Rodríguez), antes de morir, le pide que se haga cargo de Tini, su hermanita de ocho años, es ahí cuando conoce a Julieta (Luisana Lopilato), firme candidata a ser leona.
En pleno rodaje de “Papá por un día”, su primer protagónico en cine, cuenta por qué elige ser una “chica de barrio”. Con más de trece años enfrentando las cámaras, se considera una privilegiada. Además no habla de su relación amorosa con Juan Mónaco.
¿Hay química con Nico Cabré?
- Nunca habíamos trabajado juntos. Ya filmamos algunas escenas, pero faltan las que van a dar que hablar. Por suerte, surgieron situaciones muy cómicas, y le esta-mos sacando el jugo a las escenas.
- ¿Hubo encuentro amoroso?
- Sí. Aunque no lo admitan, hay flechazo enseguida. La historia es muy linda, porque el amor les cambia la vida a los dos. Ella lo conocía por fotos, pero cuando lo ve en persona, se desarma. Y, además del romance, la peli te deja la sensación de que nunca hay que perder las esperanzas, de que todo puede pasar en la vida.
- Después del boom de Casados con hijos, ¿te preocupa que te encasillen en la comedia?
- El humor me encanta. Bien utilizado, también suma en las es-cenas dramáticas. Y me siento una privilegiada, porque es un año complicado para todos y esta película es una gran apuesta.
- ¿Ser linda te ayuda a tener trabajo?
- Puede ser, pero no es suficiente. Estudié teatro varios años, me presenté a muchos castings y no siempre me eligieron.
_ Luisana desde hace dos años y cuatro meses, que sale el tenista tandilense Juan Mónaco (24). _ -- ¿Es cierto que están en un impasse porque la distancia les juega en contra?
- No voy a decir nada de mi vida privada. Me siento tan expuesta que prefiero no aclarar; siempre publican cosas que piensan los demás, no son las cosas que yo digo.
- ¿Siguen o no?
- Me pongo mal. De esos temas no quiero hablar.
- En la película “Papá por un día”, no hay buenos ni malos, pero sí un duelo. Con corridas y patadas, entre dos chicas. Sucede en la cancha de hockey. La disputa se da entre la novia de toda la vida y el amor a primera vista. Por el corazón de un galán. ¿De qué lado estarías en la vida real?
- Miro el partido y espero que las cosas sucedan. Soy perseverante y me gusta ganar. En los juegos hago trampa a morir.
- ¿Cuál es la mayor diferencia que encontrás entre la tele y el cine?
- ¡Que en el cine me veo enorme! Cualquier mínimo movimiento se nota. Por eso estoy aprendiendo a controlar gestos.
- Faltan cuatro semanas de rodaje. ¿Cómo seguirá tu 2009?
- Por ahora, con nada. Es un año difícil, y como no me llegaron propuestas tentadoras no me vendrían mal unas largas vacaciones en alguna playa: hace bastante que no paro.
- ¿Año sabático?
- No tanto. Si surgiera algo inte-resante lo aceptaría. Para fin de año tengo pendiente un disco con canciones mías.
- Y estás terminando de grabar Atracción x 4, que no logró el éxito que se esperaba. ¿Te queda un sabor amargo?
- Fue difícil, porque la historia cambió, tomó otro color. Pero más allá del rating, lo mejor es haber trabajado con un grupo tan bueno. Y no hablo sólo de los actores, sino también de los directores, cama-rógrafos, maquilladores, peina-dores. La buena onda llega tam-bién a la pantalla. Obvio que si te va excelente, mejor.
- ¿Con Papá por un día te despe-dís del perfil ado-lescente?
- No me puedo achicar, lástima. Pero voy a tener tiempo para hacer de adulta, por ahora no me preocupa inter-pretar personajes de mi edad. Soy inocente para muchas cosas, pero hace tiempo dejé de ser la nena.